Enrique Tamay exhibe relatos cortos de ágil textura y un humor pletórico de ironía, burlándose además de la ultra modernidad y de la falsa pacatería; algunos son textos que corren el riesgo de dejarse ganar por la anécdota, mas el buen estilo del narrador salva a los relatos de tal afrenta. (Maynor Freyre Bustamante)
Traviesos e irreverentes, los textos de Tamay aparecen inquietos sobre nuestra mesa. Este conjunto de relatos, caracterizados por su llamativa brevedad, al ser leídos pretenden causarnos sorpresa. Los personajes son humanos, y humanas sus reacciones. Cuidadosa y meditada, esta apuesta por la renuncia al formato, a la convención, a la norma, es un nuevo argumento para postular estos textos como parte de una búsqueda de lo nuevo y de lo propio. (Wilder Caururo Sánchez)
Traviesos e irreverentes, los textos de Tamay aparecen inquietos sobre nuestra mesa. Este conjunto de relatos, caracterizados por su llamativa brevedad, al ser leídos pretenden causarnos sorpresa. Los personajes son humanos, y humanas sus reacciones. Cuidadosa y meditada, esta apuesta por la renuncia al formato, a la convención, a la norma, es un nuevo argumento para postular estos textos como parte de una búsqueda de lo nuevo y de lo propio. (Wilder Caururo Sánchez)
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